Parasol Ensombra 

Desde su inicio, el parasol Ensombra fue un diseño pensado para el grupo Gandía Blasco, una marca actualmente especializada en mobiliario exterior que, en su origen, fue una empresa familiar de Ontinyent dedicada a la confección de mantas. Tras estudiar el catálogo de la compañía, Odosdesign presentó el prototipo de su representativa sombrilla a propósito de la celebración de Nude.

La originalidad de esta pieza se encuentra en el mecanismo de la cubierta. A diferencia del tradicional sistema de paraguas, en el que se dispone una estructura de varillas articuladas que permite el deslizamiento hacia arriba de la lona protectora, en este caso se optó por un sistema poco común en el diseño de parasoles. El planteamiento del que se parte es el del abanico, reinterpretado al servicio de otra tipología de producto. La disposición de una serie de lamas sobre un eje central hace que puedan plegarse circularmente sobre sí mismas, de forma que la cantidad de luz y sombra puede modularse en función de la disposición de las tiras. 

Lo más complejo fue atinar con el material que hiciese efectiva tal función, que debía ser resistente, pero no demasiado rígido; liviano, aunque sin flexar en exceso. El acierto se produjo al utilizarse el contrachapado fenólico de formica, que dio lugar a unos módulos ligeros, resistentes a las condiciones exteriores y que hacían posible el sistema de plegado.

Uno de los primeros modelos fabricados de Ensombra fue presentado en el Superstudio Più de Milán del año 2006 y resolvió un problema que marcaría el éxito funcional del diseño. En esta primera versión, si una lama fallaba se interrumpía la articulación general del parasol, de modo que se producía un bloqueo en el sistema de acarreo de la cubierta. Para evitar tal imposibilidad, se ancló en cada tira una pieza central de plástico inyectado que actúa como estructura de antibloqueo, sin quedar visible, y que garantiza el movimiento de apertura y cierre.

El resto de partes que componen el producto es una base de acero galvanizado, que puede ser sustituida por una base de hormigón según la opción en la compra, y un mástil de acero inoxidable termolacado. La sombrilla se comercializa en diferentes colores. El resultado final es un parasol que reinventa y actualiza el funcionamiento de los abanicos bajo una óptica y finalidad distintas, y adaptado a una estructura de más de 2 metros de altura y 1’80 metros de diámetro. El acierto de los materiales da lugar a un objeto con grandes capacidades estéticas a partir del juego de colores, luces y sombras, que se integra en cualquier espacio por su minimalismo y sin perder un ápice de practicidad.