Discoteca ACTV

Este referente del diseño valenciano ha quedado asociado para siempre a la movida valenciana de la década de 1980, en la que la escena musical y nocturna jugó un papel muy importante.

Proyecto

ACTV

Categoría

Gráfico

Tipología

Identidad y Comunicación

Diseño

Lorenzo Company y Paco Bascuñán

Cliente

ACTV

Fecha

1985-1998

Fotografía

Exposiciones IVAM: Miguel Lorenzo
Archivo Julio Andújar

La identidad de ACTV es, sin duda, el aporte central de Lorenzo Quique” Company (1954-2005) al diseño valenciano de finales de siglo XX. Él fue su principal responsable, aunque al comienzo también intervino Paco Bascuñán (1954-2009).


Ambos creadores tuvieron en común haber fallecido de forma prematura, y sobre todo una estrecha amistad que les unió a lo largo de su trayectoria. Juntos estudiaron decoración en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, y desde aquellos años compartieron múltiples esfuerzos. Crearon el grupo Escapulari-O (1973-78), y después junto con Daniel Nebot, el estudio Enebecé (1981), que finalmente confluiría en el grupo La Nave (1984). Bascuñán pasó a ocupar un papel central en el diseño valenciano, participando en muchos de sus hitos más importantes. Company, por carácter personal y circunstancias biográficas, nunca terminó de encajar en el rol de diseñador, aunque influyó grandemente en el entorno de La Nave. Su obra más importante fue, indiscutiblemente, la imagen de la discoteca ACTV, de la que se ocupó durante casi quince años.



Respecto a los inicios de este trabajo, contamos con el testimonio de primerísima mano del propio Bascuñán, en un homenaje póstumo a Company: A principio de los años 80 un empresario emprendedor [Julio Andújar] monta en los bajos de un antiguo balneario [Termas Victoria] a orillas del Mediterráneo, en la playa de la Malvarrosa de Valencia, un club de música electrónica de baile y videoarte y nos encarga la imagen global del local a Quique Company y a mí. Decidimos llamarle ACTV (de AC corriente alterna y TV de televisión, que además en inglés sonaba a actividad). Se inaugura con una video instalación del artista catalán [Antoni] Mercader.

El recurso al imaginario industrial conectó muy bien con la identidad cultural de la discoteca, que inicialmente difundió video arte y música electrónica internacional. Así, Company utilizó repetidamente signos relacionados con la protección laboral: señales de obligatoriedad del uso de gafas protectoras, auriculares, cascos, máscaras, avisos de peligro por alta tensión, etc.

Para diseñar la imagen gráfica del local, tal vez recordando el disco de Kraftwerk [los tres primeros álbumes de la banda, entre 1970 y 1973, mostraban un cono de tráfico en la portada], recurrimos a la iconografía que teníamos más próxima. En ese momento trabajábamos en el departamento de diseño de una empresa de señalización [Industrias Saludes], y utilizamos todo un repertorio de pictogramas estándar de la señalización de seguridad laboral, obligatorio el uso de auriculares, de gafas protectoras, peligro alta tensión etc. naciendo así una de las marcas que más raigambre popular ha conseguido en el ámbito de los movimientos juveniles de los últimos años.

A partir de entonces es Quique Company quien se encargaría en solitario de la imagen gráfica del local, diseñando una cantidad enorme de soportes, sobre todo carteles, pero también postales, camisetas, merchandising en general, instalaciones o fanzines”. Efectivamente, después de ese origen compartido, fue Company quien mantuvo una relación constante con ACTV. De hecho, a partir de entonces la sala fue su principal, casi único, cliente.

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Conviene añadir que ACTV tuvo en realidad dos marcas: una basada solamente en las cuatro letras de su nombre organizadas dentro de una forma casi circular, en una tipografía Helvética comprimida; y otra, igualmente rompedora, consistente en un pictograma monocromo de un rostro con los ojos tapados por círculos cruzados, tomada del repertorio de imágenes de señalización industrial. De hecho, tal como mencionaba Bascuñán, ese recurso al imaginario industrial conectó muy bien con la identidad cultural de la discoteca, que inicialmente difundió video arte y música electrónica internacional. Así, Company utilizó repetidamente signos relacionados con la protección laboral: señales de obligatoriedad del uso de gafas protectoras, auriculares, cascos, máscaras, avisos de peligro por alta tensión, etc.

Realizó este tipo de collage con los medios analógicos propios de aquellos años: fotocopias, papel vegetal, montajes de Repromáster, letras transferibles… combinados con recursos propiamente pictóricos, a veces. De hecho, las propias imágenes dejaban ver su proceso casi artesanal de construcción, en momentos en que las herramientas digitales empezaban a transformar de forma imparable el trabajo del diseñador gráfico.

Sin embargo, las referencias eran muchas y muy diversas: los diseños de Neville Brody para la revista The Face y de Terry Jones en I-D, así como “fotografías cargadas de narcisismo inspiradas en Arnulf Rainer, sus pinturas expresionistas, escenas de sus cuadros de temática porno, así como claras alusiones a libros, objetos y películas que de una manera u otra le marcaban como Cabeza borradora de David Lynch, el rostro del protagonista de La naranja mecánica de Stanley Kubrick, La cabeza mecánica -obra del dadaísta Raoul Hausmann-, o el repertorio de signos y símbolos del libro Sistemas de signos de comunicación visual de Otl Aicher y Martin Krampen, símbolos eléctricos, fragmentos de anotaciones de John Cage, etc.”

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Todos estos referentes eran sometidos a reelaboración y recontextualización por parte de Company, en un proceso que él mismo resumió, de forma casi célebre por su coherencia formal y conceptual: “En definitiva, me apropio de imágenes hechas y las reciclo, y me gusta Iggy Pop”. Realizó este tipo de collage con los medios analógicos propios de aquellos años: fotocopias, papel vegetal, montajes de Repromáster, letras transferibles… combinados con recursos propiamente pictóricos, a veces. De hecho, las propias imágenes dejaban ver su proceso casi artesanal de construcción, en momentos en que las herramientas digitales empezaban a transformar de forma imparable el trabajo del diseñador gráfico. La adición de capas, la intervención del azar, las imágenes encontradas, fueron otros tantos elementos de un lenguaje tan personal y experimental como visualmente poderoso, que mantuvo e intensificó a lo largo de los años, también cuando la discoteca cambió de rumbo musical y de referencias culturales. Más de dos décadas después del fin de aquella colaboración, la identidad y los carteles de Company para ACTV han merecido una renovada atención en dos exposiciones organizadas por el IVAM en 2022 y 2023: La ruta gráfica y La Nave 1984-1991.

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Jorge Sebastián Lozano / Universitat de València