Proyecto
Taburete Dúplex
Categoría
Producto
Tipología
Taburete
Diseño
Javier Mariscal
Empresa
BD Ediciones de diseño
Fecha
Primera versión: 1981
Segunda versión: 1983
Materiales
Primera versión: Hierro pintado. Asiento de eskay.
Segunda versión: Acero pintado y Asiento de eskay. También se editó una versión cromada con una de sus patas pintada.
Fotografía
Carlos Errando
Archivo Javier Mariscal
El icónico taburete diseñado por Javier Mariscal (Valencia, 1950) se ha convertido en una pieza paradigmática que condensa los principios de la contracultura. Concebida en su origen como una obra hecha para el disfrute, es el vestigio de un lugar extinto y su valor conceptual reside en el momento histórico en el que surge. La originalidad formal y la ruptura con las tendencias establecidas han asegurado su supervivencia y adaptabilidad a nuevos espacios.
Acercarse a la historia del taburete Dúplex supone remontarnos al momento en que el foco de los movimientos contraculturales en Valencia se desplazó desde el barrio del Carmen a otras zonas circundantes como la plaza de Cánovas del Castillo. Es en este emplazamiento donde, en 1980, se inaugura el establecimiento que da nombre a esta pieza, el bar Dúplex. El interiorista Fernando Salas, junto con el diseñador Javier Mariscal, fueron los encargados de proyectar este pub musical que se alzó como un referente de modernidad en la ciudad al aunar diseño, diversión y subversión.
La fórmula que se siguió para proyectar el interior del bar Dúplex responde a la utilización de elementos tradicionales bajo una nueva estética, con el fin de crear un espacio que emulase la atmósfera de la noche valenciana. La tendencia al eclecticismo, a la mezcla de referencias y a la ornamentación revelaban la intención de alejarse de los principios clásicos a través de nuevos procesos de expresión. Entre los componentes que marcaron la identidad de este lugar destacaba el uso de columnas de colores primarios, la saturación de los matices, los perfiles orgánicos de algunos espacios y las paredes onduladas, los murales de azulejos y los paneles de vidrio, todo ello bajo una cuidada iluminación y un mobiliario que dialogaba con el espacio.
Junto con el cartel que promocionaba el local, diseñado en 1980 por el mismo Mariscal, el taburete Dúplex ha perdurado en el tiempo tras el cierre de aquel pub musical que se mantuvo abierto hasta 1985. Esto lo debemos a la empresa BD Ediciones de Diseño, que empezó a producirlo en serie a partir de 1983, aunque con ligeras variaciones. El primer diseño, realizado en 1981, tuvo como premisa principal seguir la estética del ámbito para el que fue creado y contó con una tirada limitada destinada al bar.
El bar Dúplex se convirtió desde su apertura en un referente de interiorismo y anunciaba las transformaciones que se estaban produciendo en la estética del diseño en la ciudad de Valencia. Con anterioridad a este proyecto, Mariscal había participado en encargos de características similares. En 1978 colaboró con el propietario de la tienda de diseño Vinçon, Fernando Amat, en la decoración interior del bar Merbeyé en Barcelona. Además, después de proyectar el bar Dúplex, asumió diseños como el de 1988 para el restaurante Gambrinus, también en Barcelona, esta vez junto al arquitecto Alfredo Arribas. En todos estos trabajos se adivina la concepción global del espacio ligado a los elementos que lo habitan, así como el carácter colaborativo bajo el que se concebía el interiorismo en esta década.
Junto con el cartel que promocionaba el local, diseñado en 1980 por el mismo Mariscal, el taburete Dúplex ha perdurado en el tiempo tras el cierre de aquel pub musical que se mantuvo abierto hasta 1985. Esto lo debemos a la empresa BD Ediciones de Diseño, que empezó a producirlo en serie a partir de 1983, aunque con ligeras variaciones. El primer diseño, realizado en 1981, tuvo como premisa principal seguir la estética del ámbito para el que fue creado y contó con una tirada limitada destinada al bar.
La originalidad de esta obra reside en la apariencia inestable al prescindir de una de las cuatro patas que usualmente tenía un taburete. Así, se sitúa el asiento sobre tres puntos de apoyo creados a partir de líneas irregulares. Si consideramos las características formales relativas al uso de los colores o de las líneas, Dúplex evoca distintas piezas del arte pop, así como el mítico taburete que la diseñadora y arquitecta Eileen Gray (1878-1976) creó en 1928.
El resultado final es un mueble que invita a la diversión y al juego a través de las formas, unas formas que emulan el lenguaje visual del cómic, y que rompe con la compostura sin perder funcionalidad. En palabras del propio Mariscal: «Es inestable, no es un taburete para viejos gordos que hayan de estar ahí sentados cómodamente todo el día: es para gente joven, con ese nervio que se tiene cuando hay ganas de charlar. Es irónico. Es un objeto que se ha metido en una pelea, o que se ha emborrachado».
Desde el momento en que se diseñó, el Dúplex se convirtió en una pieza reconocida porque en ella se condensaban nuevos valores estéticos, lúdicos y socioculturales. La apuesta por los colores saturados, la combinación de líneas y el rechazo a la austeridad lo convirtieron en una obra que afianzaba nuevos modos de hacer que cuestionaban los gustos establecidos. En la actualidad, el taburete sintetiza todo lo que supone Mariscal como diseñador y apela a las capacidades gestuales del objeto, que somete su cometido al valor de exhibición.
Tres líneas diferenciadas –una línea curva azul, una línea recta roja y una ondulada en color amarillo– dan lugar a las patas de hierro cromado del taburete, unidas por un anillo blanco inclinado en la parte superior y un cerco negro en la parte inferior que actúa de reposapiés. En el diseño original, el asiento era de escay de color azul con el ribete blanco.
La versión comercializada por BD a partir de 1983 parte de la idea original y fue la primera pieza de Javier Mariscal en producirse en serie. Aunque es prácticamente imposible separar el Dúplex de su lugar de origen, a partir de entonces la pieza es descontextualizada del mítico pub musical, para el que se hicieron contados ejemplares, para dar paso a una edición comercial. La producción industrial del taburete dio lugar a dos versiones: una con la estructura de acero tricolor y otra de hierro cromado. Para el asiento se optó, esta vez, por el color negro que sustituía al original azul. Además, se produjo en dos tamaños distintos y se crearon prototipos con variaciones que incluían respaldo o brazo con cenicero.
Desde el momento en que se diseñó, el Dúplex se convirtió en una pieza reconocida porque en ella se condensaban nuevos valores estéticos, lúdicos y socioculturales. La apuesta por los colores saturados, la combinación de líneas y el rechazo a la austeridad lo convirtieron en una obra que afianzaba nuevos modos de hacer que cuestionaban los gustos establecidos. En la actualidad, el taburete sintetiza todo lo que supone Mariscal como diseñador y apela a las capacidades gestuales del objeto, que somete su cometido al valor de exhibición.
El taburete Dúplex se incluyó en la muestra Muebles amorales de la Sala Vinçon de Barcelona en 1981, donde Mariscal presentó sus diseños de muebles metálicos. Este hecho contribuyó al reconocimiento internacional del diseñador, cuya icónica obra apareció en la portada de uno de los números de la revista italiana Modo. Parece ser que, al verlo, el arquitecto y diseñador Ettore Sottsass (1917-2007) invitó a Mariscal a participar en la exposición del irreverente Grupo Memphis (1980-1988) celebrada en 1982 en Milán. A partir de entonces, la faceta de Javier Mariscal como diseñador se vuelve internacional. En el año 1987 participará en eventos como la octava edición de la Documenta de Kassel, y expondrá en espacios culturales como el Centro Pompidou de París.
En la actualidad se conservan ejemplares del taburete Dúplex en el Vitra Design Museum, el Philadelphia Museum of Art y el Museu del Disseny de Barcelona. Además, recientemente se ha expuesto en el marco de la exposición Ruta Gráfica. El diseño del sonido de València (2022), como un exponente inaugural de los lenguajes explorados por el diseño valenciano en las décadas posteriores a su creación.
Hoy, más allá de su función, se advierten la cantidad de historias que debe haber detrás del icónico taburete, y ahí es precisamente donde reside su valor de culto. Ya descontextualizado del proyecto de interiorismo para el que fue diseñado, el Dúplex se ha convertido en todo un referente simbólico de un espacio extinto. La esencia, sin embargo, siempre sobrevive.
Raquel Baixauli Romero / Universitat de València